Si en ocasiones hay que reprochar las actitudes de miembros aislados de la Policía Municipal, en otras sólo cabe darles parabienes, solidarizarse con ellos y agradecer su buen hacer. El reciente episodio acaecido en la calle Heroísmo habla más que todas las palabras del esfuerzo y los riesgos a que están sometidos por tratar de cumplir con su deber, a fin de cuentas directamente relacionado con el bienestar de los ciudadanos. Que una pandilla de vándalos arremeta contra los agentes causándoles graves lesiones es intolerable, máxime cuando éstos, buenos profesionales, en ningún momento hicieron uso de las defensas reglamentarias para repeler la agresión. Frente a determinados comportamientos minoritarios, se demuestra, una vez más, que la inmensa mayoría de quienes integran la Policía Municipal son esforzados y valientes servidores públicos. No me duelen prendas y, a la par que deseo el pronto restablecimiento de estas mujeres y hombres mancillados por cumplir con su deber, reclamo duras medidas contra los transgresores. Una cosa es la sana crítica (cuando es menester realizarla) y otra muy distinta no reconocer los méritos de tantos y tantos agentes.

*Profesor de Universidad