A ver, no le des más vueltas, es mejor que te vayas haciendo a la idea de que el matón quiere pegarte una paliza. Si le miras a los ojos, por chulo. Si bajas la mirada, por cobarde. Lleva en una mano el puño americano y en la otra una botella rota para marcarte la cara. Si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se aviene a sus deseos, atacará; si no, también: buscará la "mayoría moral" o lo declarará inútil por su cuenta y riesgo. Quiere hacernos creer que sólo quiere emplear su fuerza contra Irak, pero en realidad agrede también nuestros valores más profundos, incluida la decencia misma, la verdad.

Has hecho lo que estaba en tu mano: denunciar, resistir y no tragar sus falacias, pero el matón ya tiene sus tropas desplegadas, sus armas a punto y apenas puede reprimir su ansia por iniciar el conflicto. La suerte está echada desde el principio: el matón codicia el petróleo, quiere ser aún más el amo del gallinero y promete a quienes le ayuden a sujetar los brazos del agredido que podrán quedarse con su reloj de pulsera. Aznar, ya nos dirás qué hora es, cuándo recibimos la primera bofetada.

EL MATON no se anda con chiquitas. El es el Bien y Dios alienta sus planes. Quien no está con él, está con el Mal de los mil nombres: Sadam, Ben Laden, tiranía, terrorismo... Los principios y las instituciones democráticas no valen si no le valen para sus fines. Lo dijo el otro día todo el vicepresidente primero y portavoz de un Gobierno a su servicio, Mariano Rajoy: la ONU es "perfectamente suprimible" si se muestra incapaz de hacer cumplir sus resoluciones.

No leas, pues, la Carta Fundacional de la ONU, la Declaración de los Derechos Humanos, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para el Medio Ambiente (PNUMA), para los Refugiados (ACNUR), de la FAO, de la UNICEF, de la UNESCO, de la OMS... No te preguntes si han sido capaces de hacerlos realidad, ni siquiera de querer sacarlos del estado de puro papel mojado. No te plantees qué y quiénes y por qué son realmente suprimibles por incapaces.

No recuerdes las resoluciones tocantes a Israel y Palestina, los vetos unilaterales de USA para no abordar el asunto. Borra de tu memoria Kioto o Johannesburgo. No indagues aquel pánico sobre el ántrax a pocos días del 11-S. El matón quiere pegar una somanta de palos a cuantos osen oponerse a sus planes o cuestionar sus criterios. Vete haciéndote a la idea: también a ti pueden convertirte en "suprimible" por no obedecer, aplaudir, atenerte a sus dictados.

TE VAN A TACHAR de antiamericano o antiespañol en cuanto abras la boca, te van a romper los dientes por antidemócrata, pero resiste. Si la ciudadanía del mundo se manifiesta contra ellos, nos recordarán que no hemos protestado contra ETA, contra el dictador Sadam Husein, contra Fidel Castro, como tampoco contra los lapiceros sin punta o contra la caza de focas.

No les hagas caso, son unos embaucadores, sólo utilizan las palabras para encubrir, engañar, confundir. Doscientos mil soldados esperan ya la orden de ataque, los Bush (padre e hijo amasaron su fortuna con el petróleo tejano) y Blair redactan la resolución definitiva de la ONU que les deje manos libres.

Aznar suplica hacer al menos de mecanógrafo. Condoleezza Rice (administradora y accionista de la petrolera Chevron hasta su nombramiento en el Consejo Nacional de Seguridad norteamericano), el vicepresidente Dick Cheney (antiguo presidente de Halliburton, el primer suministrador de petróleo mundial) calculan con el lobby energético y militar el precio y el reparto del petróleo. Muéstrales a todos ellos tu pancarta.

Seguramente se reirán de ti, te tendrán por un ingenuo, pero hazles saber que esa pancarta te servirá al menos de sudario después de la paliza.

Conquistarán el mundo, lo dominarán por la fuerza, impondrán su voluntad con las armas, pero nunca podrán meterse en tu mente, quebrantar tu conciencia, comprar tu libertad. Míralos directamente a los ojos, por muchos golpes en el hígado o en la boca que te estén propinando. Somos muchos, no lo olvides. Nos va a doler todo el cuerpo, también la carne del corazón y la carne del alma, como dice García Lorca.

Míralos a los ojos. Maldícelos en nombre de los muertos, hambrientos, ignorantes, enfermos y malditos del mundo. Maldito seas, matón. Maldito seas.

*Profesor de Filosofía