En el año 34 del pasado siglo hubo un misterio en Zaragoza: extrañas voces salían de una cocina. Al caso, que nunca se resolvió, se le llamó el Duende de la Hornilla. El edificio que ocupa el solar donde se produjo aquel extraño suceso se llama El Duende . Ahora tenemos otro misterio, el extraño olor a gasoil que sale de una nueva urbanización, Virgen del Pilar, que está nada más cruzar el Ebro, en el barrio Jesús. Son unos edificios muy bonitos, que hasta se han llevado algún premio de arquitectura. El ayuntamiento ha llegado a introducir una cámara robotizada por las tuberías, pero no aparece ninguna explicación, excepto que con la riada ha subido el nivel del agua, y que ha podido remover alguna bolsa en las capas freáticas, etc. También queda claro que los edificios no disponen de ciertas arquetas que, de existir, impedirían que subieran los olores por los desagües. Lo cierto es que los vecinos están desesperados, que hace tiempo que van por casa con un pañuelo en la nariz, aunque también hay algunos que no lo perciben. Los afectados dicen que huele a gasoil, y el ayuntamiento, que quiere dar carpetazo a este nuevo marrón, sostiene que pueden ser otras sustancias, y que los olores se pueden confundir fácilmente. Todos los ingredientes de un misterio. Por ahora no han entrado los parasicólogos, pero ¿cuánto tardarán? Cada día que pasa sin resolver, aumenta el desasosiego. ¿Será cosa del Prestige ? ¿Habrá una bolsa de petróleo enfrente del Pilar? El ayuntamiento debería investigar un poco más y no conformarse con las aproximaciones de la cámara robotizada, que a fin de cuentas puede ver, pero no es capaz de oler. El ácido sulfúrico que aflora cerca de la Aljafería se sabe que procede de la antigua Química. El agua que inunda los cuartos de ascensores del Actur se adjudica al Ebro. Pero el efecto gasoil no entrega ninguna pista. Aunque nos gusta creer lo contrario, vivimos sobre un chapapote inestable, sobre un lodazal freático que, tarde o temprano acaba por devolver todas las porquerías que vamos arrojando. Igual que las arcillas se hinchan y obligan al AVE a circular a 160, se agita a veces el subsuelo.

Ahora, cuando alguien vaya a hipotecar su vida por un piso, es probable que pregunte ¿tiene arquetas? El ayuntamiento, además de la cámara robotizada, debería contratar a un perfumista.

*Periodista y escritor