Y si preparamos un espectáculo y nos vamos al parque de El Retiro...? Ninguno de los dos puede ya recordar quién pronunció esa frase iniciática, pero el origen estuvo ahí. El Big Bang de Carlos Faemino y Javier Cansado, que no se llamaron Faemino y Cansado hasta mucho después, estuvo ahí.

Primero, en El Retiro, se llamaron Los del Mono Rojo . No porque se les hubiera ocurrido a ellos, sino porque así los bautizó su primer espectador, un jubilado que pasaba por allí y que, al ver a Cansado encaramado en el respaldo del banco, vestido, efectivamente, con mono rojo, y agitando desesperadamente los brazos para convocar al público, se acercó a ellos, convirtiéndose en su primer seguidor. Al día siguiente hubo más gente. Un día pasó Pablo Carbonell y les echó unas pelillas.

"¿Y si preparamos otro espectáculo un poco mejor y...?". ¿Quién seguiría por esta senDa? Cansado no pretendía para nada ganarse la vida con una carrera artística; Faemino, por su parte, sólo aspiraba a sacarse un taleguillo para invitar a sus amiguetes a cenar a un chino, pero la maquinaria secreta y corrosiva de su humor, según nos recuerda Eduardo Arredondo en el prólogo al libro "Faemino y Cansado. Siempre prediendo", se había puesto en marcha.

Por aquellos días, El Retiro era un hervidero de artistas. Allá paraban el mago Malo Malísimo, Los Trompicheli -unos malabaristas cómicos-, el mimo Boyano , el payaso Abstemio Gordons ... y los Hermanos Benítez , herederos de Los del Mono Rojo, que pronto darían paso a Rudy Casado y Carlos Faemino , y, finalmente, ya para la eternidad, a Faemino y Cansado .

¿Siempre perdiendo? El subtítulo de su libro se presta a esa ternura fácil inspirada por los desheredados, los perdedores, los artistas marginales, pero uno no puede dejar de reparar en la opulencia y riqueza del humor que atesoran, como vehículo de comunicación de masas.

No importa demasiado que los medios públicos, las televisiones oficiales, las instituciones y otros canales de exhibición de espectáculos prefieran con mucho a esos zafios humoristas costumbristas, a esos untuosos andaluces, a esos cazurros aragoneses, atontados gallegos y tacaños catalanes que se esfuerzan en mantener clichés, prototipos de los que al parecer se come bastante bien.

No pasa nada. Ellos, Faemino y Cansado, ya han abierto brecha. Año tras año, su humor, minoritario, de vocación, conquista públicos avalado por el éxito del talento.

Es el suyo un humor paródico, absurdo y lógico al mismo tiempo; un humor transido de crítica y veneno, pero siempre en renovación, siempre sorprendente, arriesgado, y todo él atravesado por la luz clara de la risa.

Nunca se sabe cómo va a terminar uno cualquiera de sus gags; por dónde van a salir; cómo van a rematar. Su parodia de los Beatles, por citar una sola de las transcritas en el libro, con Lennon y McCarthy componiendo mientras el bueno de Ringo Starr y el místico de George Harrison esperaban fuera, al otro lado de la puerta, conteniendo el aliento mientras sobreviene la composición histórica de Yellow submarine es, simplemente, brutal.

Y es que ellos son brutales. Compruébenlo leyendo su libro. No se arrepentirán.

*Escritor y periodista