La postura del Partido Popular con respecto al Plan Hidrológico empieza a ser obscena: no sólo aplicaron el rodillo para aprobar una ley muy contestada en Aragón y Cataluña sino que ahora llevan iniciativas al Congreso de los Diputados para apremiar al Gobierno a que ejecute esa ley y a que gestione ante Bruselas los fondos precisos para financiar las obras. La intencionalidad del PP está muy clara, porque mezclando churras con merinas, es decir el Pacto del Agua con el trasvase del Ebro, buscan tender trampas a los socialistas en general, una vez demostrado que los de Valencia y Murcia tienen posiciones encontradas con respecto al Plan Hidrológico. Claro que esta vez el tiro les salió por la culata y sólo Coalición Canaria se posicionó con la ministra de Medio Ambiente en su defensa del PHN. El resto, PSOE, IU y el Grupo Mixto votaron en contra, dada la "contestación científica y social" que tiene el PHN; CiU y PNV se abstuvieron. Más claro, agua.