Un grupo de alborotadores intentó reventar ayer el acto de inauguración de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Zaragoza. Los estudiantes querían protestar contra la guerra y no encontraron mejor manera que interrumpir un acto organizado por la DGA y la Universidad de Zaragoza en el que los dirigentes populares no tenían protagonismo alguno. Sin darse cuenta, suponemos, este grupo subversivo le hizo el caldo gordo al PP en su estrategia de demonizar a quienes radicalizan las movilizaciones sociales contra el conflicto de Irak y de desmovilizar a la gente normal de participar en las protestas. Hay que mantener encendida la llama pacifista, con manifestaciones y foros de debate, pero sin sacar las cosas de quicio. El conflicto de Irak no debe ser motivo para convertir en algarada un acto oficial en la universidad, una de las instituciones que más aire fresco puede aportar en un momento tan dramático como el actual.