La nueva corporación municipal celebró ayer su primer pleno extraordinario en el que varios políticos se estrenaron como concejales y otros que ya lo habían sido estrenaban nuevos espacios en el salón. El primero de esta legislatura fue un pleno amable, de los llamados descafeinados, pues el equipo de gobierno se limitó a hacer y la oposición a dejar hacer, es decir, el alcalde presentó a su equipo y la oposición le dijo que muy bien, que no va a interferir en la organización interna aunque no le parece ni medio bien que Belloch aumente su equipo de confianza. No hubo frases altisonantes ni malos humos, pese a los intentos de algunos de convertir este primer pleno en un combate. Hubo, eso sí, una rotunda posterior declaración de intenciones del alcalde: la puesta en marcha del ayuntamiento va a seguir los ritmos y la potencia que él marque. Tiempo habrá para hacer ciudad y que otros ejerzan el férreo control que deben ejercer.