Vino en silencio y lleva camino de convertirse ya no sólo en el mejor jugador del Zaragoza en los terrenos de juego, sino fuera de ellos. Al central Alvaro no le da miedo echarse el equipo a la espalda y asumir el liderazgo de una plantilla necesitada de iconos. Sus dos goles en los últimos partidos fuera de casa, frente a Espanyol y Racing, son una muestra de su carisma y de la oportunidad de su fichaje. Cuando todos apuntaban a Milito o a Villa, el brasileño se está ganando por derecho el papel de líder de un bloque huérfano de referencias en los últimos años. El central está dando toda una lección de profesionalidad y de entusiasmo.