El tiempo no acompaña, y los pronósticos meteorológicos para los días venideros no son muy propicios, y la amenaza latente del terrorismo islámico, indiscriminado y nada selectivo, ahí está; pero hay que andar los caminos de la Semana Santa. Y es necesario hacerlo con absoluta normalidad. Unidad de las fuerzas políticas y de la ciudadanía. Stop a la barbarie y al fundamentalismo.

Existe algún otro tipo de fundamentalismo, de mucha menor intensidad, eso sí: el que ejercen algunos pocos conductores irresponsables en las carreteras. Estos, fernandoalonsistas de pacotilla, son capaces de engullir kilómetros y kilómetros infringiendo el código de la circulación una vez y otra; por ende, son también capaces de llevarse por delante todo aquello que pillan a su paso. Sí al carné de conducir por puntos y a la retirada del mismo por cúmulo de infracciones reiteradas. Los que no estén dispuestos a asumir la responsabilidad de llevar un volante entre sus manos, donde mejor pueden viajar es en bus o en tren o en avión, tranquilicos y sin protagonismo circulatorio. Porque no hay peor ceguera que la del que no quiere ver.

*Doctor en Medicina y radiólogo