SOCIEDAD

Derecho a vivir

***Vicente Franco

***Zaragoza

El Gobierno socialista de Zapatero decide ampliar el aborto legal por considerarlo un derecho legítimo que asiste a la madre ante la disyuntiva de alumbrar a su hijo o decidir su muerte prematura.

Una sociedad impulsada por oscuros motivos que ignoran el valor de la vida incipiente se aboca al desprecio de la vida en su totalidad, conllevando paulatinamente un progresivo menosprecio de la familia, una creciente soledad de la mujer ante la falta de la maternidad y una exaltación egoísta masculina que degrada la relación entre hombre y mujer, provocando en muchos casos la violencia doméstica. Igualmente se ultraja la ética de los jóvenes que afrontan con impunidad un mundo sembrado sin sentido de la responsabilidad. También se fomenta la grave alteración de la profesión médica que deja de ser un servicio sanador y curativo por constituirse en un instrumento que provoca una muerte desoladora que menoscaba el derecho natural y constitucional a la vida.

Estas realidades llevan aparejadas además la perdida de la ética en las clases políticas, el derrumbamiento social y la desconfianza en los estratos profesionales al crear falsas libertades que se transforman en verdaderas prisiones mentales.

La titularidad del derecho a vivir con dignidad se garantiza como un bien fundamental en donde se amparan el resto de los derechos y libertades, abarcando cada fase de su desarrollo, desde la concepción hasta la muerte no manipulada y en cada condición del ser humano, es decir, en el triunfo y en el fracaso, en la salud y en la enfermedad.

El mayor logro del Gobierno de una nación moderna, justa y democrática sería la penalización total del aborto, erradicando así este brutal método genocida que borrase definitivamente la luctuosa cultura de la muerte a que nos tienen acostumbrados las civilizaciones "desarrolladas" con su vigente ideario materialista.

SALUD

Muchas gracias

***Pilar Cuairán

***Zaragoza

A primeros de año me diagnosticaron en los servicios de Sanidad de la DGA de la calle César Augusto, 11, de Zaragoza, el inicio de una afección de cáncer de mama. Llevaba ya varios años concurriendo a estos servicios, con resultado negativo, pero cuando llegaba su aviso para nueva revisión lo hacía con tranquilidad y pereza.

No obstante, siempre atendía estos avisos, por si acaso. El por si acaso se confirmó y, aunque muy incipiente, me hicieron las pruebas que confirmaron la necesidad de una intervención preventiva, que gracias a la oportunidad de su detectación en su inicio ha sido muy eficiente y tras estos meses me considero liberada de un problema tan frecuente en la mujer que merece las pequeñas molestias de los reconocimientos para lograr recuperar el optimismo y normalidad, sin apenas otros inconvenientes que la dedicación del tiempo necesario para que el personal sanitario resuelva el problema a la mayor satisfacción y sin apenas inconveniente.

Esta es la razón de la formulación de esta carta, agradecer las atenciones y dedicación de personsal sanitario que me ha atendido con eficacia, puntualidad y esmero, tanto en el servicio nombrado como en la intervención del Hospital General Miguel Servet, que han preferido lo haga de forma anónima ya que se consideran colectivamente implicadas en esta misión que realizan con inmejorable dedicación y profesionalidad.

Reitero, pues, muchas gracias, recomendando hacerse las pruebas periódicas a las mujeres que lean este escrito, para que acudan a estos magníficos profesionales que están a nuestra disposición para evitarnos los problemas que se derivan de la desatención de las personas de riesgo, que somos todas.