Con el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado sobre la mesa, la primera impresión es que Aragón no ha salido particularmente favorecido por el Gobierno Zapatero. Será preciso estudiar mejor las cifras y ver en qué medida lo propuesto es complementado, o no, por nuevas partidas que surjan de enmiendas que el PSOE pueda pactar con IU y CHA o bien promover directamente desde sus diputados aragoneses.

Sí es cierto que diversas infraestructuras pactadas en su momento (especialmente el desdoblamiento de varias carreteras nacionales y la nueva autovía Lérida. Huesca-Pamplona) tienen sus correspondientes partidas. Pero no es menos verdad que muchos de tales proyectos están todavía en fase de estudio y lo que se presupuesta son informes técnicos por cantidades escasamente relevantes. Los resúmenes elaborados ayer sobre la marcha indicaban que Aragón podría perder más de un veinticinco por ciento respecto a la cantidad que se le asignó en el ejercicio 2004. Ya se han apresurado los socialistas a explicar que ello se debe, parcialmente, a la desaparición del efecto AVE . El proyecto, en todo caso, es mejorable, y así se lo debe hacer saber Iglesias al Gobierno central en la cumbre bilateral que se celebrará la próxima semana.