Aragón contará en breve plazo con una nueva Universidad, de carácter privado, en la que se impartirán algunas titulaciones como Psicología, Periodismo y Bellas Artes, de fuerte demanda y hasta hoy ausentes en nuestro campus.

Se trata, sin duda, de una noticia excelente, una gran oportunidad merced a la cual se amplía el abanico de estudios ofertados en nuestra comunidad. La universidad, sea pública o privada, es una promesa de futuro; sin embargo, para que las nuevas titulaciones satisfagan las expectativas que en ellas depositen quienes las cursen, habrán de ganarse su reputación y eso sólo puede hacerse con un trabajo riguroso y un inmenso esfuerzo. Ejemplos sobran, y muy próximos, de reconocido prestigio o, por el contrario, de títulos que no valen ni siquiera el papel sobre el que se extendieron y que entrañan una denigrante estafa a quienes siguieron los estudios de buena fe.

Es la hora de construir unos buenos cimientos, una base sólida sobre la que erigir el nuevo templo del saber. De momento, lo que no puede faltar es nuestro voto de confianza y nuestros mejores deseos en su nueva andadura.

*Escritora