Los agentes de policía adscritos a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), esos que intervienen en concentraciones multitudinarias, tienen un riesgo añadido en su trabajo por mantener el orden, el uso de material altamente viejo y desvencijado que en muchas ocasiones no les protege de las agresiones que esta unidad suele sufrir. Los policías han reclamado por activa y por pasiva la dotación de nuevos vehículos y de más agentes. Todo lo contrario de la política que mantienen los responsables policiales, que han ido reduciendo el número de efectivos, obligando a realizar horas extraordinarias y a acumular vacaciones.