El general Navarro reconoció ante la juez Teresa Palacios que no se hicieron autopsias a los 30 militares que los forenses turcos no pudieron identificar porque estaban completamente carbonizados en algunos casos. Lo dijo el lunes, cuando confesó en la Audiencia Nacional que sólo se hizo un reconocimiento visual de los restos humanos, pero el 28 de mayo de 2003 firmó documentos en los que certificaba todo lo contrario. La comparación de los documentos a los que ha tenido acceso EL PERIODICO revelan que el equipo médico militar obró con alevosa precipitación, pues en el protocolo de los forenses turcos se advierte de que 30 cuerpos sólo podrían ser identificados mediante análisis de ADN. Para ello, los médicos turcos, cuya seriedad ahora cuestiona Navarro, habían tomado las pertinentes muestras, pero el equipo del Ministerio de Defensa español las rechazó y dejó vendidas a unas familias que no pudieron llorar a sus muertos.