Los sindicatos UGT y CCOO alertaron ayer sobre la conveniencia de no bajar la guardia en seguridad y prevención laboral en las obras que se desarrollan en el recinto de la Expo. Hacen bien en velar estas dos centrales por el cumplimiento íntegro de los protocolos preventivos, pues no en vano ambas firmaron con la sociedad promotora del recinto, Expoagua, y con el Gobierno de Aragón un acuerdo para controlar riesgos ante la evidente exigencia temporal que supone la urbanización y la construcción de un recinto expositivo de 25 hectáreas en poco más de dos años. El balance de las medidas adoptadas hasta ahora es agridulce, pues se produjo un desgraciado accidente mortal en una planta de hormigón ajena a la Expo pero enmarcada en el meandro de Ranillas. El resto de los accidentes que se ha producido en esa zona en plena transformación no ha revestido gravedad. Ésa es la línea a seguir y de ahí que ayer los sindicatos advirtieran del necesario trabajo en prevención.

El planteamiento no puede ser otro que evitar cualquier otra muerte en el tajo, máxime cuando el promotor es la propia Administración, por lo que el trabajo de los sindicatos es fundamental para llegar al 2008 sin víctimas. Y en este terreno es fundamental el papel fiscalizador de UGT y CCOO. Es importante que el 14 de junio de ese año la Expo pueda inaugurarse con todas las obras acabadas, pero no lo es menos la integridad de quienes con su esfuerzo van a hacerlo posible. Zaragoza quiere una Expo brillante, pero no a cualquier precio.