Como vaticinábamos ayer en esta misma sección, el hallazgo de una alta concentración de larvas de mejillón cebra en el Ebro en Zaragoza ha despertado todas las alarmas. El alcalde Belloch aseguró ayer que hará falta coordinar esfuerzos con la DGA y la CHE para afrontar esta plaga y reducir los costes que, seguro, acarreará a las arcas municipales. Pero el alcalde debería ir más lejos y pedir responsabilidades, pues existen dudas razonables acerca de la diligencia en el control de esta especie invasora desde que comenzaron a detectarse las primeras colonias. Constatada la llegada a la ciudad del mejillón cebra habría que preguntarse qué se ha hecho hasta ahora, qué medios económicos se han invertido para frenar la invasión. No es lo mismo intervenir en un pantano que en una ciudad con sus infraestructuras. Una ciudad, además, que comenzaba a volcarse para conseguir un aprovechamiento integral del río al calor del 2008.