Los comerciantes del entorno de La Romareda se han dirigido al Ayuntamiento de Zaragoza para que agilice las obras que se realizan en el entorno y para pedir exenciones fiscales. Dicen tener razones poderosas, fundamentalmente por el descenso de sus ventas, pero el teniente de alcalde Antonio Gaspar deberá analizar con lupa esta solicitud antes de tomar una decisión. Hay otros puntos de la ciudad patas arriba por las obras que pueden sentirse perjudicadas por los cortes de tráfico, el trasiego de vehículos o la falta de aparcamientos. La ciudad abandonó hace años las denominadas contribuciones especiales, por las que los vecinos beneficiados por una obra de mejora debían hacerse cargo de parte de su coste. Pero de ahí a tener que pagar (o dejar de ingresar) por hacer una obra... Otra cosa es que se pueda llegar a acuerdos concretos, a ayudas diferidas, a promoción de las zonas afectadas. Seguro que encuentran vías de acuerdo.