En teoría tanto la moda como el diseño deberían seguir las pautas de la sociedad.

En la práctica tanto una como otro transitan por caminos absolutamente diferentes.

Las modelos delgadísimas, sin formas, más que huesudas esqueléticas, con aspecto enfermizo y con unas maneras de andar rarísimas, no responden a la inmensa mayoría de los mortales.

Ahora, voces sensatas se han escuchado en el sentido de cortar esa tendencia y, a partir de Cibeles, da la impresión que se va a poner el cronómetro a cero, empezando una nueva forma de presentar las creaciones, un nuevo enfoque de la moda y el diseño, una nueva hornada de modelos, lo cual me parece excelente.

Seguro que mejorará la salud de la sociedad y nuestros ojos nos lo agradecerán.

--Asunción Sánchez. (Zaragoza)