Aragón lleva décadas movilizándose por unas mejores comunicaciones con Francia, pero en demasiadas ocasiones se han echado de menos proyectos transfronterizos de cooperación profesional, institucional o social que dieran sentido a la reclamación de infraestructuras dignas. Como ejemplo a seguir para evitar esta realidad, es de elogiar que un colectivo como el Colegio de Ingenieros Industriales haya organizado unas jornadas para buscar nuevos nexos de unión con sus homólogos de Aquitania, al otro lado de la frontera. Sólo con vínculos más fuertes acabará cobrando sentido una mejor conexión entre ambas regiones.