Los fríos datos estadísticos anticipan con técnicas fidedignas el devenir de los acontecimientos. Nos advierten del número de vehículos que circularán por las carreteras durante las fiestas navideñas; dicen también cuántos de ellos no regresarán. Y citan con envidiable precisión lo que nos vamos a gastar en regalos y festejos durante los próximos días, a pesar del creciente y delicado endeudamiento de las familias españolas.

La estadística se basa para sus cálculos en un riguroso análisis de nuestras costumbres, así como en los antecedentes de consumo. Los expertos en marketing poseen una detallada información sobre las preferencias del consumidor y saben en qué nos gastaremos ese dinero del que, al parecer, no disponemos. ¿Y si esta Navidad nos saltamos las reglas y burlamos a la estadística? Podemos, por ejemplo, conducir con más prudencia y regalar más libros, tanto mejor si están bien elegidos. Un libro es un canto a la esperanza, una puerta a la tolerancia y una fuente de sabiduría. ¿Dudamos acerca de su calidad? Para eso está el librero, un excelente profesional que disfrutará brindándonos sus siempre acertados consejos.

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