El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, puso ayer como ejemplo de la falta de anticipación pública a los problemas emergentes alguna broma que recibió cuando alertó sobre la llegada de la plaga del mejillón cebra, que ha terminado por ocupar parte de la agenda política de Aragón. No le falta razón al Justicia en su crítica, pues resulta preocupante la falta de reflejos de algunas instituciones ante los avisos de los expertos, normalmente anticipados por los medios de comunicación, sobre futuros problemas. La única medida de tiempo que parecen comprender algunos políticos equivale a una legislatura, carece de solución de continuidad y cronológicamente equivale a cuatro años. Corta mirada la de estos responsables institucionales incapaces de entender que multitud de procesos, sean naturales, sociales o económicos, no entienden de campañas electorales, y ni siquiera de la continuidad en los cargos o de los cambios de gobierno.