En alguna charla literaria me he venido refiriendo al thriller vaticano como a una nueva especie de la moderna novela de acción, o de intriga. Y el término ha debido hacer fortuna, porque otros colegas lo utilizan ya con asiduidad, sin necesidad de agradecerme el préstamo de otra manera que con una buena y amistosa conversación cada vez que nos encontramos por esas ferias o librerías de Dios.

El caso es que acaba de salir, de traducirse al castellano, un nuevo ejemplo y ejemplar de eso que hemos dado en llamar el thriller vaticano: se trata de la novela titulada El apóstol número 13, de Michel BenoÅ’t, un antiguo monje benedictino que se ha animado a debutar en las artes narrativas.

La tesis principal de esta entretenida trama descansa en la presunta existencia de un nuevo apóstol, el número trece, quien, estrechamente unido a Jesús, habría asistido, como los otros doce, a la Última Cena, y posteriormente escrito su particular epistolario o evangelio, en el que se contendría testimonios altamente comprometidos para la defensa de algunos dogmas de la Iglesia.

El Vaticano, a estas alturas, después de la que le ha caído con El código Da Vinci y con una larga serie de novelas que cuestionaban sus métodos, su moral, no se ha pronunciado, ni creo que lo haga, sobre ese treceavo apóstol de BenoÅ’t, ni sobre la supuesta aparición, entre los rollos del Mar Muerto, entre los espurios, o no, evangelios de Qumran, de un documento que explicaría a la posteridad la ubicación y el destino de la tumba de Cristo. ¿Tema de fondo? La resurrección divina, claro está, que, de ser cuestionada, dañaría de manera irreversible los pilares, incluso las propias piedras fundacionales de la Iglesia de Pedro...

Pero no sólo al cristianismo afectaría esa sustancial modificación de la historia sagrada; también otras dos grandes religiones monoteístas, el judaísmo y el Islam, se verían trastornadas en su interpretación de la figura de Jesús, de sus profecías y de su legado, así como en la influencia que diversas tribus, los zelotes, los nazarenos, los esenios, tuvieron en su vida y, quién sabe, en su trágico destino, en su calvario.

Con estos mimbres, con el Papa Juan Pablo II, con algún malvado cardenal (llamado en la ficción, en un paródico ejercicio de criptología, Catzinger), los restos de la leyenda de la Santa Alianza y un par de eruditos monjes que hurgan en los archivos secretos vaticanos en busca de nuevos documentos, de nuevas revelaciones, BenoÅ’t nos invita a sumergirnos en un thriller que deja a un lado el estilo o la calidad literaria para intentar por todos los medios atrapar la atención del lector, objetivo que, en efecto, consigue.

En la generación de intrigas y episodios, así como en las teóricas informaciones que sobre el comienzo del cristianismo se nos van facilitando desde distintos personajes, es donde el autor demuestra convencimiento personal a la hora de exponer una historia en la que, como novelista, cree.

Otro thriller vaticano que gustará a los apasionados de la historia eclesiástica y de las controversias acerca del Salvador. El género, basado en la fascinación de la púrpura, en el misterio de la fe, seguirá dando de sí.

Escritor y periodista