Finalmente, el juez decretó libertad provisional sin fianza para el autor de la brutal agresión a una joven ecuatoriana en el Metro de Barcelona. Para el magistrado no concurren en este caso los requisitos necesarios para el ingreso en prisión, como el riesgo de fuga o la reiteración de ataques a la víctima. Recurra o no la Fiscalía la decisión del juez el caso es que el agresor, Sergi Xavier Marti, el joven de 21 años que estaría dispuesto a ir a televisión a explicar su caso, previo pago, claro, está en la calle. No querría transmitir en este breve comentario la impresión de que considero que la cárcel es la única vía posible para que quien delinque pague su deuda con la sociedad; sin embargo no puedo negar que resoluciones como la del magistrado, Eduardo Gómez López, me producen una cierta sensación de inseguridad en la justicia. Cierto es que el agresor sufre de un trastorno mental grave, que consume alcohol y drogas, que ha necesitado tratamiento psiquiátrico desde hace 10 años y que necesita de ayuda, pero también que el médico que lo atendió ha certificado que es responsable de sus actos y que debe pagar por lo que ha hecho. Explicaciones oficiales aparte, lo cierto es que ha sido la presión mediática, la actitud chulesca del agresor y la intervención del gobierno de Ecuador en defensa de la víctima lo que ha hecho que sigamos hablando de un hecho que, desgraciadamente, no es aislado. Agresiones similares se repiten en muchos lugares de nuestro país. La diferencia radica en que, en este caso, no se ha podido ocultar.

Periodista