El libro resiste, y muy bien. En los países desarrollados y en los que están en vías de desarrollo. La novela y el ensayo. Los dirigidos a públicos exigentes y los destinados al consumo masivo. Se lee mucho, se escribe mucho, de casi todo, y, sobre todo, se edita mucho. El libro sigue siendo la primera referencia cultural en el mundo.

Esta semana, Le Nouvel Observateur contaba lo siguiente: "Tras la avalancha que hubo en otoño --676 nuevas novelas (solo)--, 588 más aparecerán entre enero y febrero en Francia. Lo que más sube en esas estadísticas es la literatura extranjera: 211 títulos están previstos para la rentrée tras las vacaciones de diciembre". Confirmando ese interés por lo que escriben los no-franceses, el semanario L´Express atribuía el galardón de mejor libro publicado en Francia en el 2008 a la novela Lo que el día debe a la noche, de Yasmina Kadra, pseudónimo con el que desde hace años firma sus novelas el exoficial del ejército argelino Mohammed Mulessenhul.

Comentando el resultado de los dos más prestigiosos premios literarios franceses, el Goncourt y el Renaudot, Le Monde ha escrito: "El primero ha ido a un autor afgano, Atiq Rahimi, y el segundo a un guineano, Tierno Monénembo. Es la Francia mundializada, la lengua francesa saludada, escogida y servida por dos hombres nacidos lejos de ella".

La mundialización también aparece como hecho destacado en las listas de mejores libros del año que acaban de publicar tanto The New York Times como la prestigiosa New York Review of Books. Porque en ambas, y prácticamente como mejor novela del 2008, aparece el 2666 del fallecido autor chileno Roberto Bolaño, publicado en España ya hace algunos años. De él, el citado semanario dice: "Los resultados de su trabajo son multidimensionales, de un modo que va más allá de las capacidades de descripción de los críticos".

Con todo, la novela escrita en inglés --por norteamericanos, pero también por británicos, australianos y canadienses-- es lo que manda en las listas de EEUU. Y también el libro político: los que versan sobre Barack Obama, entre ellos los que ha escrito él mismo, y los que tratan del extraordinario deterioro que en los más diversos planos ha producido la gestión de George Bush.

REINO UNIDO En el Reino Unido, The Economist acaba de publicar su selección de los mejores libros del año. A la cabeza de los títulos políticos figuran estos dos: La caída y el ascenso del estado islámico, de Noah Feldman, y A Choice of enemies: America confronts the Middle East (Una selección de enemigos. Norteamérica se enfrenta a Oriente Próximo), de Lawrence Freedman. Entre los textos económicos destaca El desastre de un billón de dólares: dinero fácil, apostadores y el gran hundimiento del crédito, Charles R. Morris. Y para The Economist, los dos mejores libros de historia del año son: La vuelta de la historia y el fin de los sueños, de Robert Kagan, y Un espléndido intercambio: cómo el comercio ha cambiado el mundo, de William J. Bernstein.

The Guardian ha hecho su selección del año pidiendo sus preferencias a personajes conocidos, sobre todo a escritores y políticos. Richard Ford ha escogido las Memorias en el Ejército Rojo, del ruso Vasily Grossman, y la novela Birthday, de Molly Fox. El texto más destacado por Sebastian Barry ha sido la novela Netherland, de Joseph O´Neill, que también figura en la lista de los mejores libros de The New York Times. Y el premier Gordon Brown se ha decidido por un ensayo sobre Roosevelt: FDR: los primeros 100 días.