POLÍTICA

Desayuno con Obama

Begoña Ruiz

Zaragoza

De esta manera empezaba ZP su discurso: "Gracias por invitarme en nombre de mi país, España". ¿El país que ha llevado a la ruina? ¿El país en el que hay, según la Unión Sindical Obrera, 5.300.000 parados? ¿El país dominado por la minoría? ¿El país en el cual no se nos permite elegir la lengua en la queremos que estudien nuestros hijos? ¿El país en donde han permitido que los crucifijos hayan desaparecido de las escuelas y colegios? ¿El país donde se permite que a una "menor" pueda abortar libremente? Así que no me diga señor ZP que va en nombre de España, usted va porque siempre ha querido emular a nuestro presidente el señor Aznar, imitarle, pensando que lo iba a hacer mejor que él. Craso error, lo ha hecho sumamente peor.

Luego continúa así: "y permítanme que les hable en castellano, en la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra". ¡Qué desfachatez tiene! Será en español (idioma oficial de España). Continúa "leyendo" un pasaje de la Biblia (cuando él y su gobierno han desterrado de los colegios la asignatura de religión, claro está que le han escrito el guión-): "No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país. Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de su jornal". Me imagino que no será por los parados que tenemos en nuestro país como consecuencia de su nefasta gestión.

Termina su discurso diciendo: "Es la libertad la que nos hace personas y ciudadanos, y la que nos permite mirar al futuro y conocer la verdad", ha enfatizado Zapatero en oposición al odio, "que nace de la ignorancia". Pues que ponga en práctica todo esto que él dice, o ¿son meras palabrerías? ¡Aplíquese el cuento ZP!

LABORAL

Pensiones y jubilación

Julio Miguel Viñuales

Zaragoza

Soy uno de esos ciudadanos de la generación del 59 a los que el Gobierno quiere obligar a ser los primeros en jubilarse a los 67 años. Ya nos tocó contribuir donando más de un año íntegro de nuestra vida (en lo mejor de la juventud) en el servicio militar obligatorio y seríamos además los primeros españoles obligados a tributar dos años más a nuestro sistema público de pensiones.

Otros países, que seguramente han avanzado más que nosotros en este asunto para paliar el problema que se podría generar en el futuro de no modificar nuestro sistema público de pensiones, están optando, al parecer, por considerar para el cálculo de la prestación por jubilación a todos o bien a la mayor parte de los años cotizados al sistema, en lugar de considerar únicamente los 15 últimos años. Con esta medida se consigue guardar una mayor proporcionalidad entre lo aportado, es decir, el esfuerzo de cotización realizado y lo recibido. Además de ser más justo, sería, sin duda, beneficioso para las arcas del Estado que es lo que se intenta conseguir.

Otras medidas podrían ser acercar la edad de jubilación real a la legal, es decir, a los 65 años o bien según los años trabajados, acceder antes o después a dicha jubilación.

Imagínese, además, si la incertidumbre y la falta de perspectiva laboral por un lado y la lejana jubilación por otro de un parado mayor de 50 años son ya importantes, ahora podrían ser insalvables. Creo que se pueden encontrar fórmulas sin recortar logros sociales importantes, más bien al contrario.