El pasado viernes se puso en marcha la nueva fórmula de reparto de las retransmisiones de fútbol a través de plataformas de pago con la difusión de un partido de Segunda, que se completará mañana con la emisión de otro de Primera. Se trata de un sistema que pretende evitar los perjuicios derivados de un exceso de oferta durante el sábado y el domingo, que se traduce en una audiencia menor de los partidos por la competencia entre ellos. Se trata también de que los clubs saquen el máximo rendimiento comercial de la retransmisión de partidos, dando por descontado que solo Barça y Real Madrid operan en el mercado sin competencia posible. El reordenamiento de las retransmisiones nos lleva directamente a una oferta diaria de televisión en la que será posible durante muchas semanas tener fútbol español todos los días. ¿Cabe temer los riesgos inherentes a la saturación? De momento, es francamente dudoso. Pocos programas resisten el desafío del fútbol en términos de audiencia, publicidad y otros ingresos inducidos por el espectáculo. Otra cosa es que el esfuerzo en inversiones para garantizar fútbol a casi todas horas no tenga un límite.