El actual presidente aragonés, Marcelino Iglesias, hace meses que hizo pública su intención de no presentarse como candidato a la DGA en las próximas elecciones. Su reiteración le concede a ojos de la opinión pública carácter irreversible, pero desde hace semanas las presiones desde dentro de su propio partido y de cargos con auténtica jerarquía en el mismo para que cambie de decisión aumentan, desde el propio José Luis Rodríguez Zapatero hasta el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. A esta insistencia se suma la de militantes zaragozanos. Unos y otros saben que la crisis económica y sus secuelas no configuran un buen escenario para modificar un indiscutible liderazgo en las filas socialistas aragonesas. La presión se intensifica en estos momentos, conscientes de que después del verano, el debate ya será definitivo de cara al 2011. .