Opinión

Controlar el gasto

Esta semana hablar de otra cosa que no sea de la crisis española casi es una frivolidad, sobre todo después de las medidas que quiere adoptar el Gobierno de Zapatero. Pero lo que se vislumbra detrás de este momento álgido es también una importante crisis política, crisis de los ciudadanos hacia la clase política, que son, se supone, los que deberían sacar el Estado hacia adelante. Nos encontramos con sentimientos y opiniones de desencanto, desconfianza, descrédito, y como consecuencia el cabreo general de sus habitantes que se reflejaría, posiblemente, en votos en blanco. Tener en estos momentos un Gobierno sin un plan decisivo de superación económica, con una oposición que dice pero que no hace en sus comunidades autónomas, ha dado lugar a que periodistas y escritores como Arturo Pérez Reverte o Félix de Azúa pongan en sus escritos la vox pópuli. Aire fresco de estos dos escritores para un ambiente cargado de escepticismo y de fracaso por la incipiente lista de medias para bajar el gasto público y ahorrar dinero al Estado. Congelar las pensiones, bajar el sueldo a funcionarios es empezar la casa por el tejado. Controlar el gasto y adelgazar la función pública, como dice Belloch es imprescindible, pero no a los que ganan mil o dos mil euros, sino lo hay que depurar es tanta Comisión Interdepartamental, tantos Consejos y Comités. Sin mencionar la supresión de ministerios desdoblados en otros ministerios o aquellos que no sirven para nada. Zapatero tiene en estos momentos una oportunidad para enmendar la plana, para reconducir y recobrar la confianza, pero o tiene malos consejeros o le están vendiendo humo. Lo malo es que parece que no se entera y las consecuencias pueden ser demoledoras.

Pintora y profesora de C.F.

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