Opinión

El sinsabor de la incertidumbre

No hay nada peor que vivir en la incertidumbre. Y así es como estamos los 46 millones de españoles desde que Zapatero presentara su estrepitoso plan de ajuste, que cargaba especialmente contra funcionarios y pensionistas. Ahora nos salen con que si "donde dije digo, digo Diego". Ya no se congelan los pensionistas, pero que tiemblen los ricos. ¿Cuánto y cómo? Ya se verá. No importa demasiado, se improvisará. Lo importante es parecer más de izquierdas y conseguir aprobar los presupuestos generales con el voto de la izquierda. Estrategia política-electoral de Blanco y de Chaves, dicen algunos. Más bien, política de tumbos, trompicones e incoherencias. La incertidumbre es el plato del día en todos los menús y la principal causa del sinsabor nacional. Y para atajarlos, a bajar el déficit público subiendo tasas a las clases altas. La reforma no afectará a la mayoría de impuestos ni a las clases medias, eso nos dicen, pero por si acaso, no adelantamos la definición legal de clase media. Va a ser que tampoco está claro. Pues que pidan ayuda. En Aragón, Adolfo Barrena, portavoz de IU, puede darles una pequeña lección. Los principales ingredientes para la receta aplaca-déficit: más carga fiscal a las rentas de 60.000 euros anuales en adelante, fiscalidad verde, adiós a las bonificaciones a aquellos con altos niveles de renta o patrimonio, reducción de salarios de altos cargos de empresas públicas con sueldos astronómicos, tasas por el uso de bolsas de plástico o cobro de los costes por rescates de montaña en casos de negligencia. Tomen nota. Periodista y profesora de universidad

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