Cuando vienen mal dadas hay que poner la maquinaria en marcha para buscar ingresos. Y en eso está el Ejecutivo aragonés. El consejero Larraz anda estos días negociando con su socio de gobierno cómo conseguir dinero para que los presupuestos del próximo año no adelgacen más de los 450 millones que ya están previstos. Una de las propuestas que hay sobre la mesa, reclamada a gritos por los partidos de izquierda y no muy bien vista por el PAR, es la de subir los impuestos a las rentas más altas de Aragón. Ningún invento nuevo: que pague más el que más cobra. La medida es justa, pero es necesario delimitar muy bien qué se entiende por rentas altas y sobre todo, de ponerse en marcha, hay que acompasarla con las que, según anunció esta semana Rodríguez Zapatero, tiene previsto adoptar el Gobierno central.