Cuando ustedes lean este artículo, cientos de miles de personas habrán llegado a Madrid procedentes de toda España y estarán manifestándose en el centro de la capital. Les moverá la frustración, la furia y una firme determinación de no ceder ante la ofensiva contra sus derechos e intereses. Son ya muchos los españoles que no tienen otro remedio que echarse a las calles. Porque les han alcanzado las reformas laborales (la de Zapatero y la de Rajoy) y han sido despedidos con una indemnización de mierda. Porque se sienten amenazados. Porque son trabajadores de la enseñanza o la sanidad públicas. Porque son usuarios de estos servicios. Porque tienen hijos. Porque son dependientes, discapacitados, pensionistas, jóvenes sin expectativas, contribuyentes airados... Si no luchan ahora verán como su vida se convierte en algo muy distinto de lo que un día soñaron.

Es verdad que las organizaciones sociales (empezando por los sindicatos mayoritarios) y la propia sociedad civil fueron perdiendo vitalidad y empuje en los últimos lustros. Los dirigentes se adocenaron. La ciudadanía se dejó llevar por el absentismo. Sucesivas generaciones crecieron en el suave clima de un incipiente bienestar, sin miedo al porvenir, sin hacer grandes esfuerzos, sin tener que conquistar nada. Vale: imaginemos a Usaín Bolt, el hombre más rápido, una voluntad de hierro y un físico hecho para la velocidad. Dejémoslo sólo cinco años tumbado en el sofá, comiendo pizza y hamburguesas y viendo la tele. Luego devolvámoslo a la pista. Es probable que apenas pueda dar unos pasos. Eso mismo le pasa a España. La crisis desnuda la debilidad de un pueblo desmemoriado y asustadizo.

Madrid hoy es un punto de partida. Hay que recuperar la forma. Deprisa. Los españoles han pagado ya su parte de la crisis. Sus sueldos han perdido poder adquisitivo (si los siguen cobrando), sus viviendas valen la mitad, sus ahorros están en el aire... ¿Y ahora van a tener que pagar además el agujero de los bancos/cajas, el burbujazo de las inmobiliarias y los beneficios que cada día se llevan los mercados? Muchos se van a negar. Lucharán.