Sin autonomía financiera no hay autonomía política real. Puede alcanzarse un alto grado de descentralización administrativa, pueden asumirse más o menos competencias, pero sin autonomía financiera, es imposible ejercer un verdadero autogobierno. Y sin los recursos suficientes, las administraciones no pueden prestar servicios públicos universales de calidad, no puede impulsarse desde lo público la creación de empleo estable y no puede fomentarse el crecimiento económico. Por todo eso, los aragoneses y aragonesas no podemos ceder ni un milímetro en nuestras exigencias para tener el mejor sistema de financiación posible. Sobre todo ahora, cuando sufrimos el mayor ataque a los derechos sociales, pero también la mayor ofensiva recentralizadora de la democracia.

Quince comunidades autónomas (todas menos Navarra y País Vasco, que gozan de regímenes forales propios) están incluidas en el régimen común de financiación autonómica, que favorece a las más pobladas, como Andalucía o Cataluña, y perjudica gravemente a las que, como Aragón, tenemos menos población. Pero nosotros, el pueblo aragonés, en virtud de nuestros derechos históricos, amparados y respetados por la Constitución, tenemos reconocido en el artículo 108 del Estatuto de autonomía un derecho que los demás no tienen (ni siquiera quienes reclaman un pacto fiscal): suscribir con el Estado un acuerdo bilateral económico-financiero. En ese acuerdo, que debe formalizarse en Comisión Mixta, han de concretarse los recursos económicos de la comunidad autónoma, atendiendo al esfuerzo fiscal de Aragón, la corresponsabilidad fiscal y la solidaridad interterritorial.

Este acuerdo bilateral aragonés no es equiparable al "pacto fiscal" vasco o navarro, pero tampoco puede encuadrarse en el régimen común de financiación autonómica, como algunos pretenden. Es mucho más. El propio Estatuto lo considera así: al enumerar en su artículo 104 los recursos de la comunidad autónoma, distingue los derivados del sistema de financiación autonómica vigente en cada momento, de los derivados de la aplicación del acuerdo bilateral. El acuerdo bilateral económico-financiero es un poderoso instrumento para conseguir una financiación mejor que la que hasta ahora hemos sufrido. ¿Cómo es posible que ningún Gobierno de Aragón haya reclamado su firma al Estado en los últimos quince años? Es imperdonable. Para CHA el acuerdo bilateral no colma nuestras aspiraciones, puesto que el pueblo aragonés (igual que el navarro o vasco, y por los mismos motivos) debería gozar de un régimen foral de financiación plasmado en un pacto fiscal. Pero, sin duda, el acuerdo bilateral habría sido un paso.

El día 5 de octubre de 2011 el Pleno de las Cortes de Aragón acordó por unanimidad, a propuesta de Chunta Aragonesita, "negociar y suscribir con el Estado el acuerdo bilateral económico-financiero previsto en el artículo 108 del Estatuto de Autonomía, poniendo fecha conjuntamente con el Gobierno de España para la reunión de la Comisión Mixta prevista en el citado artículo". Así pues, todos los diputados estábamos de acuerdo en ese momento en que era necesario poner fecha para suscribir el acuerdo bilateral. Un gran paso.

Pero el Gobierno PP-PAR no ha hecho nada. Y, lo que es peor, el pasado 4 de octubre todos los Grupos Parlamentarios de las Cortes, salvo CHA, se pusieron de acuerdo para rebajar lo que habíamos acordado hace un año. Con nuestro voto en contra aprobaron una nueva resolución en la que ya no se habla de poner fecha para que se reúna la Comisión Mixta y, además, se devalúa el acuerdo bilateral, al vincularlo a la revisión del sistema de financiación de régimen común.

Por supuesto los partidos mayoritarios, que nunca han entendido ni creído en el acuerdo bilateral, están encantados: han desactivado el acuerdo unánime que alcanzamos hace un año. Y, el PAR, también, porque ha transmitido a la opinión pública que este nuevo acuerdo es un avance, cuando en realidad es un retroceso. Tras el debate que tuvo lugar el otro día en las Cortes, sabemos que el acuerdo bilateral no se firmará jamás. El PAR también lo sabe, pero seguirá en el Gobierno a pesar de este flagrante incumplimiento de nuestro Estatuto. Si estoy equivocado lo tiene muy fácil. Pongamos una fecha, la que quieran: ¿están dispuestos a abandonar el Gobierno si el acuerdo bilateral no se firma en ese plazo? Seguro que no.

Presidente de Chunta Aragonesista (CHA)