Opinión | Editoriales

Lento regreso de los lorquinos a casa

La huella del seísmo que hace casi dos años sacudió la localidad murciana de Lorca, causando nueve muertos y más de 300 heridos, permanece a la vista con 70 familias instaladas aún en viviendas prefabricadas de la Cruz Roja y un total de 7.000 vecinos que no han podido regresar a su domicilio. El avance de la reconstrucción, reflejado en un paisaje lleno de grúas, no sigue un ritmo acorde con un país desarrollado como es España. En el balance que hacen los vecinos, las trabas burocráticas y la demora en la actuación de las administraciones son los palos en las ruedas del camino que quiere emprender la ciudad para renacer. Más grave, sin duda, resulta el desconocimiento ciudadano sobre el destino de los millones del Plan Lorca, articulado ya por el Gobierno de Zapatero, o de otras partidas posteriores. Los lorquinos merecen explicaciones sobre dónde se encuentra esa ayuda, indispensable para la normalización de sus vidas. Muchas de las familias afectadas por aquel terremoto del 11 de mayo del 2011 lo perdieron todo bajo los escombros de unas edificaciones construidas sin medidas para soportar seísmos. Corresponde al ayuntamiento estar vigilante para que esta anomalía no se repita.

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