Casi 300 trabajadores de Tata Hispano, la compañía fabricante de autocares con una larga tradición en Zaragoza, ya están sin trabajo. La firma, en cuya propiedad se introdujo la multinacional Tata Motors en 2005, reconoce pérdidas inasumibles y cierra el negocio. Los trabajadores le acusan de no haber gestionado bien la búsqueda de mercados internacionales. Pero posiblemente sí que habrán tenido tiempo de abducir el proceso productivo de una empresa emblemática. El resto de sus factorías en el mundo seguro que lo aprovechan. Los trabajadores intentan mantener sus empleos haciéndose cargo de la fábrica en cooperativa. Todo un reto. De momento, los trabajadores de la antigua Hispano Carrocera van al paro, siguiendo el camino de los 153 de Autobuses Urbanos, o los más de 200 de Kimberly. ¿Aragón industrial?