El estreno en Estados Unidos de la última película de Alfonso Cuarón: Gravity (2013) está teniendo un gran éxito. Tuve la ocasión de ver esta película en un visionado con gastronomía. No era un acontecimiento especial sino algo absolutamente normal que se produce en la ciudad de Austin (Texas). Se trata del Cine Alamo en la Sexta Avenida, donde además de ver el filme, se puede cenar. Entre fila y fila de butacas hay un mostrador con pasillo para los camareros, donde cada espectador puede degustar su opción del menú. Desconozco si es una casualidad que este estreno se haya producido aquí en pleno Shutdown de la administración federal americana, pero lo cierto es que este mexicano ha sabido poner el dedo en la llaga: existe una sensación de extrañeza y desorientación generalizada, la sensación de estar perdidos, y no precisamente en el espacio, sino en la tierra. Dicho de otra forma, George Clooney y Sandra Bullock transmiten al espectador la sensación de estar flotando a la deriva en un espacio ingrávido. A veces se dan estas coincidencias temporales sin que se pueda explicar fácilmente la razón, o quizá seamos los espectadores en esta ocasión, o los ciudadanos siempre, los que hacemos estas asociaciones e interpretaciones, que en otros momentos quizá, tendrían otro sentido. Sea como fuere, la sensación y la coincidencia están ahí, y por tanto, este efecto se da tanto en la película como en la realidad.

Pero no solo están perdidos los protagonistas, y los espectadores y los ciudadanos, sino que hasta la Bolsa Internacional está viviendo esta sensación de estar flotando, o si se quiere de "volatilidad". El hecho de que se planteen posibles soluciones a corto plazo al problema del techo de la deuda norteamericana, y las conversaciones que Obama está manteniendo con los republicanos, que parecen apuntar "acuerdos de mínimos" hasta el 22 de noviembre de este año, hace que la desorientación sea generalizada. Tanto en Wall Street como en el Ibex se registran ganancias, mientras el consumidor medio norteamericano, según los índices estadísticos nacionales, está reduciendo su consumo.

Siendo estos efectos shutdown muy evidentes, esta desorientación y la sensación de estar perdidos también podrían estar unidos al hecho de que la información no se está ofreciendo de una forma clara y transparente. Estos efectos se están produciendo al mismo tiempo que las filtraciones (leaks) y que los asuntos clasificados (classified).

La opinión pública norteamericana tiene hoy la sensación de no saber lo que está sucediendo ni por qué, exactamente igual que les sucede en la película comentada a sus protagonistas. Los ciudadanos no saben lo que está pasando ni lo que va a pasar, estando paradójicamente en la Era de la Información Digital y de disponer de más medios de comunicación y de información que nunca en la historia de la humanidad.

No es fácil entender como una situación de crisis nacional pueda afectar favorablemente a las bolsas internacionales, de la misma forma que tampoco se entiende por qué se titula Gravity (Gravedad), cuando en realidad se debería titular Ingravity (Ingravidez), ni por qué tiene tanto éxito de público, cuando genera tal sensación de angustia y de estar perdidos flotando en el espacio.

Van a ser necesarias una serie de soluciones que como apuntaba Krugman en The New York Times, el 13-10-2013, han de pasar por unas modificaciones en la proporcionalidad progresiva de los impuestos, en una red más eficaz de la seguridad social y en unas regulaciones financieras que estabilicen el mercado internacional.

Profesora de universidad