El eufemismo de las reformas sanitarias puestas en marcha por el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi que no son más que recortes de un servicio que, con sus imperfecciones, era muy valorado por los aragoneses está cada día mostrando su alejamiento de la sociedad a la que debía servir. Y el protagonismo del consejero que lo gestiona, Ricardo Oliván, solo aparece vinculado a los ahorros económicos, jamás a la mejora del servicio o a la reducción de listas de espera cuya cifra oculta desde el pasado junio. Ya que parece anclado al cargo, al menos podría salir a la palestra y ante los medios dar las explicaciones que se le requieran sobre la evolución de un aspecto sanitario tan preocupante como la gripe A. Sus propios vaticinios multiplican por cuatro los actuales afectados. ¿Los recursos adicionales para atenderlos son equivalentes?