Escuchar a Carlos Floriano afirmar, sin despeinarse y sin una pizca de rubor, que la crisis está superada y además sin tocar el Estado de Bienestar, es una muestra de hasta donde están dispuestos a mentir las gentes del PP. Seguramente que en sus cálculos pensarán que un número importante de los que les escuchen repetir una y otra vez sus mentiras, al estilo de Goebbels, reaccionarán con un exabrupto y acordándose de sus antepasados, pero esos los tienen por perdidos. Sus destinatarios son todos aquellos predispuestos a creerles y a seguir votándoles en las próximas elecciones. La cuestión es si el debate político debe de incluir o no un poco de honradez, un poco de rigor intelectual y no menos sentido de la realidad o simplemente se permite considerar a los ciudadanos débiles mentales a los que es fácil engañar porque son tontos e indocumentados. Que vengan Rajoy y sus acólitos a decirnos que la crisis es historia pasada, implica que hemos llegado a donde ellos querían llegar, a una situación en la que todos somos más pobres, con altísimas tasas de desempleo, con los jóvenes emigrando, con cada vez más parados de larga duración y más familias con todos sus componentes en paro. El indicador que les importa no es otro que las ganancias de los grandes bancos. El sufrimiento de la gente les importa un bledo. ¿Recortes? Aquí no ha habido recortes. Solo reformas. Eso sí, guiadas ideológicamente, desmantelando lo público y a favor de los más poderosos. ¿Esa es la política que quiere el pueblo? Profesor de universidad