Los niveles de contaminación de lindano en el río Gállego descienden ligeramente en algunos puntos, pero siguen por encima de los parámetros admisibles en embalses como el de La Peña. Y los habitantes de cinco pueblos llevan tres semanas sin poder beber agua del grifo, por lo que el conflicto persiste. Pero el PP insiste en que no es un problema de salud pública. Un pobre argumento que le sirvió ayer en el Congreso para no apoyar una iniciativa de Izquierda Plural que reclamaba un estudio epidemiológico. Un problema que no saben resolver.