Según el informe ERHIL, desde 1950 las precipitaciones sobre el Pirineo han descendido en un 25%, y la temperatura ha subido dos grados. Por ello, la nieve acumulada se ha visto reducida a la mitad. Son datos promedio, claro (hago la aclaración para los pobres de espíritu que niegan el cambio climático global y se suben a la parra en cuanto la sequía da paso a una borrasca). Por otro lado, el Ebro es un río muy regulado, muy domado, muy controlado... Pero, ojo, sigue siendo río. Además, mediterráneo, sujeto a un régimen torrencial. Es, en fin, como uno de esos tigres nacidos y criados en cautividad a los que se pretende convertir en mascotas. De repente, aunque solo sea jugando, te pegan un zarpazo y te avían. Porque aún conservan las hechuras del tigre. En fin...

Yo entiendo la desesperación de los vecinos de la ribera alta aragonesa que se ven perjudicados por las crecidas del Ebro. Pero deberían hacerse a la idea de dos cosas: la primera, que el río no les ataca porque sí sino porque tiende a recuperar su cauce natural ahora ocupado por cultivos, instalaciones e incluso viviendas; la segunda, que por mucho que vayan por allí los políticos de rigor a prometerles una solución definitiva... tal solución no existe. El Ebro siempre necesitará zonas de expansión a poco que crezca (reventará las motas, como en Monzalbarba), y siempre se infiltrará por el freático (entonces las defensas montadas en la orilla plantearán un problema añadido, pues retendrán el agua que se les ha colado por la retaguardia, como en Novillas). Por supuesto, lo de dragar o limpiar el cauce es pura y simple mitología hidro-ilógica: las gravas volverán una y otra vez.

Reunido en la ribera alta con sus alcaldes, el secretario general del PSOE aragonés y candidato a presidir la DGA, Javier Lambán, echó la culpa de las inundaciones al "dogmatismo medioambiental". Una pirueta argumental manida, pero de lo más excéntrica. Otro que no se ha enterado de que el Ebro es un río, que las laderas donde ha de asentarse la nueva presa de Yesa son inestables por naturaleza y que los ecologistas solo dan fe de lo evidente. Qué murga, por favor.