Estamos atravesando en esta España nuestra unos momentos políticos críticos. Este año será clave con todos los procesos electorales abiertos. Que los acontecimientos políticos de la Comunidad de Madrid son un referente para el resto del Estado español, es una obviedad. Aquí están los grandes poderes económicos, a los que están subordinados todos los demás, véase los políticos, mediáticos y académicos. Las sedes operativas de las grandes multinacionales españolas, siete de las diez primeras: Banco de Santander, Telefónica, BBVA, Iberdrola, Endesa, Repsol, Iberdrola Renovables. El poder político con la Moncloa, Congreso y Senado, Consejo del Poder Judicial, Tribunal Constitucional, ministerios. Las grandes instituciones culturales como museos del Prado, de Thyssen-Bornemisza, el Reina Sofía; la Biblioteca Nacional, TVE y las grandes cadenas de radio y televisión; los periódicos de mayor tirada nacional.

Se ha formado en la capital de España, una élite empresarial, financiera, política, mediática, judicial, cultural y académica perfectamente ensamblada, que comparte unos mismos intereses y que trata no solo de mantenerlos, sino también de acrecentarlos, y para eso necesita tener a su servicio el poder político, detentado hoy por el PP: el municipal de la capital desde 1991 y el autonómico desde 1995. De ahí la importancia para los populares de los resultados de las próximas elecciones autonómicas y municipales en Madrid, ya que además de servir de orientación para los de las elecciones generales, aquí hay muchos intereses económicos en juego, desde megaproyectos urbanísticos a pingües negocios en procesos de privatizaciones de servicios públicos. Tienen que seguir manteniendo el poder como sea. Y para tal objetivo cualquier medio es lícito.

En una sociedad madura democráticamente, tras los manifiestos incumplimientos del programa electoral, las políticas de brutales recortes en el Estado de bienestar y los innumerables casos de corrupción de los populares madrileños, estos sufrirían un fortísimo e irreversible castigo electoral y pasarían merecidamente un largo periodo en la oposición. Como desde la sede de la calle Génova se resisten a asumir ese trágico destino han forjado una estrategia electoral, secundada desde los poderes económicos, mediáticos y judicial, para destrozar a sus principales contrincantes de la izquierda.

IU ESTÁ en una situación crítica, sin descartar su posible desaparición engullida por Podemos, propiciada por los ataques indiscriminados e inmisericordes desde los medios de comunicación vinculados al PP, a su candidata a la comunidad, Tania Sánchez, que le llevó a abandonar después de un grave enfrentamiento con los responsables de IU Madrid, algunos de ellos involucrados con el turbio asunto de las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia. En cuanto a Podemos, los ataques brutales han estado dirigidos a Juan Carlos Monedero, que lógicamente tendrán su lógica repercusión electoral.

Y por último en el PSOE, los ataques contra Tomás Gómez, candidato a la comunidad por el asunto del tranvía de Parla ha provocado su cese y de toda la ejecutiva del Partido Socialista de Madrid por parte de la ejecutiva de Pedro Sánchez. Los cuchillos dentro del PSOE están desenterrados. El PSOE madrileño está abierto en canal, y con unas repercusiones imprevisibles a nivel estatal. Estos acontecimientos en el socialismo español me recuerdan los enfrentamientos a muerte entre los partidarios de Indalecio Prieto y de Largo Caballero de tiempos de la II República y que tuvieron su incidencia en el inicio de la Guerra Civil.

La conclusión de todo lo expuesto es clara y contundente: la izquierda política madrileña tocada y desacreditada ante el electorado. Gürtel y los destrozos brutales al Estado de bienestar madrileño son ya prehistoria. Que ante esta auténtica hecatombe social, la izquierda madrileña sea incapaz de unirse con un programa común es imperdonable. Y no solo esto, es que la división no se da solo entre partidos políticos diferentes sino dentro de los propios partidos, como observamos en el PSOE e IU. A este paso, los candidatos madrileños del PP no tienen más que sentarse a la puerta de su casa para ver cómo se destrozan sus rivales políticos y les entregan la victoria en bandeja de plata. Por ello, es previsible que se convierta en alcaldesa de Madrid una dirigente política que ha presidido y preside una agrupación política que podría entrar en el libro de los récords Guinness en cuanto a más casos de corrupción. ¡Qué poderes tiene esta ínclita señora! Es un caso digno de estudio de la ciencia política. Al final será verdad aquel dicho: "Los pueblos tienen siempre los gobiernos que se merecen". Pero, ¿por qué los merecen? ¿Es siempre por su culpa, o son víctimas de circunstancias cuyas causas ignoradas compendiamos en la palabra fatalidad?

¿Cuándo las izquierdas aprenderán las lecciones de la historia? Todavía no se han dado cuenta que por su incomparecencia manifiesta, el capitalismo ha vuelto a mostrar su vocación más sádica y cruel. Ahora vuelve a ser urgente reconstruir las izquierdas para evitar la barbarie neoliberal. ¿Estarán a la altura de las circunstancias? ¿Qué más tiene que ocurrir para que se unan? Profesor de instituto