Mañana 8 de marzo, históricamente Día de la Mujer Trabajadora, debería de celebrarse y de reivindicarse de una única forma: ¡con trabajo para todas! A partir del derecho al trabajo y de su consecución vendrían todas las demás demandas que venimos reclamando desde hace más de dos siglos. Pero sin la principal resulta difícil conseguir las otras: como el respeto, el castigo a los malos tratos, la igualdad de salario y de oportunidades, la responsabilidad compartida en la crianza de los hijos y del cuidado a la familia.

Sin trabajo hay sufrimiento, humillación y sumisión. Ha sido así siempre y la historia se repite con demasiada frecuencia. Y más ahora, que vamos hacia atrás en derechos sociales conquistados. Por todo ello me parece importante que no se pierdan las palabras que anuncian o definen un hecho, un concepto o una conmemoración. No me gusta que el Día de la Mujer Trabajadora se quede solo en Día de la Mujer, de la misma forma que no me gusta que el Partido Socialista haya perdido por el camino el apellido "Obrero Español". Son amputaciones nominativas no exentas de intención política. Cuanto menos definida esté una idea más vaga queda esta y más susceptible a ser manipulada y frivolizada. Lo vimos el año pasado cuando el Instituto Aragonés de la Mujer celebró esta jornada con el lema "Igualdad, meteorología y comunicación"; y este sábado se lo ventilan en Huesca con un paseo por el parque, comida de hermandad y visita guiada a monumentos. No es de extrañar que se pida la dimisión de la directora del IAM, Pilar Argente, porque parece una dama acomodaticia del siglo XIX, y el instituto carece además de operatividad alguna. Sobran cargos y sobran sueldos cuando no se trabaja.

Aragón está lleno de mujeres trabajadoras que saben rendir homenaje a pioneras ilustres como lo fue María Domínguez (Pozuelo de Aragón), la primera mujer alcaldesa de la Segunda República Española en 1932, además de periodista y poeta. Fusilada por las tropas franquistas al inicio de la Guerra Civil. Hoy, la realizadora Vicky Calavia ha hecho un espléndido trabajo con su documental María Domínguez, la palabra libre. Las mujeres no queremos ser silenciadas como lo fue María por ser una mujer osada y comprometida con su época. Las mujeres queremos trabajar y que se reconozca nuestra aportación a la sociedad, como lo han hecho en Andorra (Teruel) en el festival de Cine y Mujer con nuestra querida actriz María José Moreno, la joven directora barcelonesa Mar Coll, la productora Gloria Sendino y la diseñadora de vestuario Yvonne Blake. "Las cinco premiadas representan el talento, la pasión, la innovación y el compromiso social que actualmente requiere el séptimo arte", en palabras del responsable del festival Carlos Gurpegui.

Y otras 10 escritoras, con sus novedosos éxitos editoriales, se van a recorrer la provincia de Zaragoza de la mano de la DPZ en el ciclo literario Escritoras Españolas, coordinado por Juan Bolea, para acercar su trabajo a la curiosidad del público.

*Periodista y escritora