El gobierno de Mariano Rajoy ha modificado la tarifa eléctrica doméstica regulada. Tiene el absurdo nombre de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC. Que se cambie la tarifa regulada no es nuevo, de hecho se ha cambiado casi una docena de veces en los últimos diez años, lo llamativo es la manera en la que el Gobierno intenta engañarnos.

SE NOS quiere hacer ver que la nueva forma de cálculo horario de la tarifa nos va a permitir importantes descuentos en el precio final de nuestra factura, siempre y cuando seamos consumidores inteligentes y adaptemos nuestro consumo a los nuevos precios horarios. Pero esta supuesta ventaja es un nuevo juego de trilero del ministro de Industria.

Analizando la supuesta ventaja vemos los siguiente: Supongamos que somos un consumidor informado y con acceso a internet y cada noche podemos analizar el precio horario del día siguiente. Pero lo cierto es que sólo una parte de nuestro consumo eléctrico puede cambiarse de hora. Nos iluminamos cuando está oscuro, cocinamos cuando tenemos tiempo para ello y algunos electrodomésticos consumen constantemente. Se calcula que únicamente un 20% de nuestro consumo puede cambiarse de horario.

También se calcula que el descuento medio oscilará entre un 5% y un 30%. Hay que recordar que el consumo supone únicamente el 37% del precio total de la electricidad, por lo que el ahorro real, en euros, para una familia con un gasto medio de 70 euros al mes no llegará a los 4 euros. Eso suponiendo que todos los días empleemos 15 o 20 minutos en analizar el precio del día siguiente, madruguemos para planchar y molestemos a nuestros vecinos poniendo la lavadora a las 3 de la mañana.

Además si un buen número de estos afortunados consumidores cambian sus hábitos horarios. Automáticamente en los días sucesivos los precios de las horas elegidas se irán haciendo menos atractivos.

HASTA AQUÍ las supuestas ventajas, pero la nueva tarifa tiene un gran inconveniente. No pensemos que en nuestras facturas eléctricas va a aparecer el consumo que hemos hecho cada hora de cada día y su precio durante los dos meses de facturación. Aparecerá un precio medio por los kilovatios consumidos. Es decir cada consumidor tendrá un precio medio diferente y será prácticamente imposible saber si el precio que la empresa nos cobra, es el correcto o hay algún error. De nuevo los consumidores afortunados con acceso a internet y los conocimientos de informática y matemáticas suficientes podrán ejercer un mínimo control sobre su precio.

Este es el auténtico objetivo de la reforma, enmascarar la subidas del coste de la energía eléctrica que se nos avecinan y que deben producirse para garantizar a las compañías el nivel de beneficios que aseguren su continuidad. Es un nuevo rescate ciudadano a un gran sector empresarial sólo que esta vez, enmascarado y oculto bajo el cubilete del trilero y la supuesta oportunidad de elegir la hora de consumo

Nos preguntan los consumidores: ¿Qué hacemos para pagar menos por el recibo de la luz? Y desde la UCA les contestamos: Cambiar de Gobierno.

Presidente Unión de Consumidores de Aragón