El Congreso de los Diputados puso ayer punto final a los plenos de la legislatura con la aprobación adelantada de los Presupuestos Generales del Estado. Con el respaldo único de la mayoría absoluta del Partido Popular, este pleno resume lo que ha sido la legislatura que concluye: un rodillo conservador, que solo en casos excepcionales ha transigido en algún pacto. El PP no solo ha gobernado a golpe de mayoría absoluta sino de decreto ley, una forma alternativa y acelerada de hurtar debates al parlamento. El caso de los presupuestos, que toda la oposición señala como irreales y elaborados con fines electoralistas, cuenta además con la reprimenda de la Comisión Europea. La carencia principal puede resumirse en una sobreestimación del crecimiento de España en el 2016 (por tanto de la recaudación de impuestos) que por si solo permitiría cumplir con el duro objetivo de déficit del 2,8% del PIB sin recurrir a nuevos ajustes. La UE calcula que España incurrirá en un déficit del 3,5%, o sea, siete décimas por encima de lo establecido. Es decir unos 7.000 millones de euros de desfase, a los que habría que sumar las tres décimas del 2015 (otros 3.000 millones).

Son unos presupuestos que tendrá que ajustar el Gobierno que salga de los urnas el 20 de diciembre, muy probablemente sin mayoría absoluta del PP o con él en la oposición. Será a este nuevo Gobierno a quien se dirigirá la CE para que rehaga sus cálculos y asuma las consecuencias, pero mientras tanto el Gobierno de Rajoy pretende exhibir unas cuentas maravillosas fruto de su gestión, que un cambio de mayorías haría peligrar. A la economía lo fía todo el presidente para capear el temporal, para que las pugnas internas, la corrupción o el inmovilismo en Cataluña sean relegados en el juicio de los electores. Rajoy cree que todo se resolverá a base de sumar empleo precario. (La última EPA de la legislatura se conocerá mañana). Ayer mismo insistía en ello Luis de Guindos al apostar por que este año se habrán creado 600.000 nuevos empleos, habrá un crecimiento del 3,5%, y la incertidumbre económica mundial puede ser capeada con la solidez de nuestro tejido productivo. Rajoy recibe hoy a la plana mayor del Partido Popular Europeo en Madrid, que aprovechará su congreso para echarle un capote en estas horas bajas. Es de esperar que, además de las palmadas cara a la galería, el PP reciba algún consejo útil.