Opinión | Las radiografías de el Periódico

La tensión persiste en el consistorio

Empiezan a ser habituales los encontronazos en las relaciones entre Zaragoza en Común y el PSOE de la capital aragonesa. Sus enfrentamientos son algo más que una disputa política por definir y acotar los planteamientos de cada cuál. Si en algún momento se ponía en el horizonte la posibilidad de un acuerdo de gobernabilidad, los últimos rifirrafes no parecen apuntar en esa dirección. La fiscalización de los gastos de los grupos municipales que propuso el concejal Fernando Rivarés, y decayó por el rechazo conjunto de PP y PSOE fue un detonante que dejó en mala posición a los socialistas y que se tradujo en la no comparecencia de estos ayer a una reunión sobre los procesos participativos. Suena a respuesta y a un ambiente de crispación por personalismos, como llegó a reconocer ayer el propio alcalde de Zaragoza.

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