No seré yo quien entre en la vida interna de un partido político, porque entre otras cosas no me gustaría que entraran los demás en el mío. Pero como mero observador de la actualidad, los últimos acontecimientos ocurridos en el PSOE me llevan a pensar, porque creo que queda demostrado con la actuación de Pedro Sánchez, que a una buena parte de los socialistas les preocupa mucho más la supervivencia o no de su líder que España, así de claro. Cada día que pasaba, la cerrazón de Sánchez nos llevaba a la indeseable celebración de unas terceras elecciones y la verdad es que a estas alturas ya no sabemos a dónde nos lleva.

El Secretario General del PSOE que da la sensación de estar jugando con su partido, con sus barones, con la opinión pública y lo que es peor con 47 millones de españoles, ha decido seguir echando cartas hasta que consiga una buena mano. Dan igual los resultados electorales del pasado domingo en Galicia o en el País Vasco. El tiene en su cabeza o en la de los que le rodean (cada vez menos visto lo visto) una estrategia que pasa por el dicho de que «quien resiste, gana». Ayer, amagaba sobre posibles alianzas, hoy, una anuncio de telefonear a un líder de otro partido, pasado mañana una foto en la playa o en la piscina, al siguiente una propuesta de «rondita» de contactos, al otro una llamada a la reflexión, otro día pasa por convocar al Comité Federal, una semana después chantajea con un Gobierno frankenstein o ahora la convocatoria de un congreso express, y si no consigue lo que quiere propone, entonces, un referéndum a las bases pidiendo su opinión por encima de los órganos del partido. Todo es posible hasta conseguir atornillarse en el sillón. Y como decía la canción, así pasan los días y mientras tanto ganando tiempo para acabar arruinando 137 años de vida socialista y a 47 millones de españoles porque por encima de todo está su único interés.

Su deriva no parecía tener final y ahora resulta que en su partido están dispuestos a corregirlo. Pero para corregirlo, han conseguido dejarnos perplejos. El espectáculo que están ofreciendo no ayuda nada ni a la política ni a quién participamos en ella, ni a resolver el principal problema que tiene España y que no es otro que el bloqueo en el que estamos atrapados desde hace casi un año. Por eso, entiendo y hasta comparto el hartazgo, la desidia, el fastidio, el incordio, el cansancio, el hastío, el enfado de una población que no merece la lamentable exhibición que se está ofreciendo.

Hoy nadie en la calle habla ya de la formación de Gobierno. Hoy nadie habla ya de acuerdos para una investidura, hoy nadie habla ya de cómo desbloquear esta pesadilla que jamás se pensó que pudiera ocurrir. Hoy nadie habla de asuntos como la economía, la sanidad, la educación, las pensiones, el bienestar social, etc. Hoy nadie habla de la propuesta catalana de referéndum e independencia. Todo ha sido solapado. Porque hoy solo se habla del follón interno del PSOE, hoy solo se habla de las estrategias de Pedro Sánchez para sobrevivir, hoy solo se habla de barones socialistas, de adelanto del congreso socialista, del Comité federal socialista, de las intrigas socialistas, y yo me pregunto: ¿le preocupa España al Partido Socialista? La respuesta es la única que conoce Pedro Sánchez, ¡NO!Dicho esto, solo deseo que esta ceremonia de la confusión en el PSOE pase cuanto antes, solucionen sus divergencias y tengan claro que este país necesita un socialismo moderno y capaz de solucionar, desde el sentido común, una salida rápida al bloqueo dando estabilidad a lo que de verdad importa que es España.H

*Diputado Nacional del PP

por Zaragoza