Unos zapatos de punta en los pies de unas piernas vestidas con un chándal. Un traje en un cuerpo dos tallas más pequeño. Una sudadera de pijama, porque para ir a ninguna parte, no importa lo que te pongas. Tres personas vestidas como personajes de un espectáculo. Una representación que sube y baja del escenario para hacer teatro contando la vida. Unas maletas. Unos cubos de basura. Unos carros de supermercado. La escenografía es también un actor pobre. No hay espacio para los tres. Ni en la calle hay hueco para nosotros. Camina de un lado para otro. Mueve la maleta. Tienes que hacer como que viajas, de esta manera conseguirás pasar desapercibido. Ya somos invisibles. Hueles mal. Si no te acercas, no lo notas. Llueve. Aquí no nos podemos quedar. Nos expulsan los lugares. Hambre. La fila de un comedor social. Una bandeja vacía llena de espera y de vergüenza. Es muy difícil repartir esas bandejas sin que el brazo te pese. Estar a un lado o a otro. Estar en un lado y caerte por el precipicio hasta abajo. De repente. Que no me toque a mí. ¿Quién cree que tiene algo para siempre? Te cambio el flan por la sopa. Yo era el mejor vendedor de la empresa. El mejor. Te empiezan a echar de un sitio y te echan de todas partes. Cuando tocas fondo, no hay nada. En el fondo no hay mala racha ni nada. Se solucionará cualquier día. De tanto esperar mañana, me quedé sin futuro. No tengo nada. Tienes frío, eso ya es tener algo. Conozco un espacio al que podemos ir para refugiarnos. Por las cloacas siempre se llega antes a los sitios. Es una obra en construcción, querrás decir en destrucción, porque aquí hace tiempo que nadie hace nada. Todo se nos rompe sin usarlo. Las cosas se echan a perder antes de que sirvan. Este disfraz de rata era lo que necesitaba para canalizar mi impulso emprendedor. En la basura solo hay recuerdos. Los recuerdos, cuando se tiran, son olvidos. Aquí no se devuelve nada de lo que perdimos. Todo se lo lleva el tiempo. ¿Cómo se sale del vacío? Nadie pregunta por ti. La desesperación. Y el miedo a que la muerte no la solucione y la desesperación siga contigo después de muerto. Me han mordido de muchas formas. El teatro. Es una representación. Hacedme rey. No nos vienen a ver. La publicidad, el marketing, todo eso. Y nosotros. Las historias. Las historias que queremos contar. Nuestra historia. Muchas butacas vacías. Cuesta ver cómo habla la miseria. Cuesta mucho ir al teatro. A veces. En ocasiones, también es difícil salir de él. La emoción está sentada con el público. No salimos a recoger los aplausos, que los dejen en el proscenio por si alguien los necesita. Los mendigos del teatro. Resistiremos el asedio de las tropas de la vulgaridad. Fuego a la basura. A la pobreza. El destierro está dentro. ¿Dónde está la justicia poética? Tengan cuidado, la rabia hará grande nuestro fracaso.

Nota: este texto está elaborado a partir de frases del espectáculo Ahora todo es noche, de la compañía La Zaranda.

*Comunicadora