La venta de vivienda usada está alcanzando niveles similares a los que se registraban antes de la explosión de la burbuja inmobiliaria. La venta de obra nueva sigue muy parada y apenas representa un 20% de las que se llegaban a vender en plena expansión inmobiliaria. Se perfila, pues, desde la opción de la demanda, una recuperación del mercado aunque orientado a la vivienda usada, muchas de ellas de las que se levantaron hace años y están atascadas en manos de promotores y bancos. Tras la burbuja, el precio medio todavía se mantiene un 20% por debajo del de hace diez años y los compradores optan en un 38% por hipotecas fijas. Los recelos que dejó la burbuja marcan las decisiones.