Con la sensación de ciudad inacabada y, al mismo tiempo, mal atendida. Así es como nos sentimos muchos vecinos al pasear por las calles del centro y de los barrios de Zaragoza. Es lo que nos transmiten con sus quejas desde las asociaciones de la Unión Vecinal Cesaraugusta y lo que no nos cansamos de denunciar y amplificar.

Hace 30 años tenía su lógica que estuviésemos hablando de una realidad así. Cruzabas la frontera, pasabas a Francia, y entrabas en otro mundo: calles limpias, parques cuidados, calzadas sin socavones, aceras sin trampas y el pequeño comercio dando vida y alegría a los cascos históricos y a los barrios. La comparación era sencillamente sonrojante. Resultaba evidente que todo estaba por hacer y que esa tarea era prioritaria.

En este tiempo, los avances han sido enormes. El tirón de la Exposición Internacional de 2008 ayudó mucho, pero diez años después pasear por la ciudad y escuchar activamente a sus vecinos nos muestra que hemos pasado del «casi todo estaba por hacer» al «casi todo está por acabar» y, sobre todo, «por conservar».

Una sensación, por cierto, que se ha acrecentado recientemente. El Gobierno de Zaragoza en Común ha contribuido a ello. Desde el primer momento, cuestionando el trabajo de contratas municipales y planteando constantemente la remunicipalización de servicios públicos externalizados como parques y jardines, puntos limpios, depuración de aguas... Efectivamente, es su modelo. Nada que objetar. Pero ni tenía ni tiene ni tendrá los medios y los apoyos necesarios para llevarlo a cabo. Esta lucha estéril está contribuyendo a acrecentar esa sensación de ciudad inacabada.

Hacer una radiografía del problema sería largo y prolijo, tal y como desde la Unión Vecinal Cesaraugusta hemos reiterado con extensos informes al alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve. A modo de pinceladas, no hay más que darse un pequeño paseo por la ciudad consolidada y se ve.

El deterioro de los parterres entre Gran Vía y Fernando el Católico hace daño a la vista. Existía un compromiso verbal y anuncio de colocación de especies con abundante floración y valor ornamental. Seguimos esperando. Los céntricos parques de la Aljafería y Miraflores resultan intransitables en algunas zonas. No son los únicos. Riego deficiente, adoquinado peligroso, caminos encharcados, zonas verdes mal conservadas... Seguimos esperando.

El abandono de una plaza tan céntrica como la de Salamero, vulgo Carbón; el deterioro de aceras, que sobre todo denuncian los vecinos del Actur; la basura que se acumula junto a los contenedores, que en muchas zonas no se recoge en tiempo y forma; el deterioro y la inseguridad alrededor del antiguo Cuartel de Pontoneros, a escasos metros de la sede del Gobierno de Aragón; la falta de iluminación en algunas calles que desde hace tantos años denuncian los vecinos de Universidad y Romareda... Seguimos esperando.

Hace 30 años tenía sentido hablar de estas cosas pero hoy no tanto. Claro que la reivindicación forma parte del ADN de las asociaciones de vecinos, pero en estos momentos tendríamos que estar interpretando otro papel. En cualquier caso, si estamos muy vivas, es porque el ayuntamiento no cumple con lo que debería cumplir. Somos sus empleados más baratos y mientras Zaragoza no se termine y no se mantenga en condiciones, seguiremos esperando, pero haciendo ruido.

*Presidente de la Unión Vecinal Cesaraugusta