«Sólo después de que el último árbol haya sido cortado. Sólo después de que el último río haya sido envenenado. Sólo después de que el último pez haya sido pescado. Sólo entonces descubrirás que el dinero no se puede comer”. (Carta del jefe indio de Seattle al jefe de Washington).

Ni el primo de Rajoy niega ya que el cambio climático está aquí. En Aragón cambian los ciclos de agua, estamos más expuestos a riadas o períodos prolongados de sequías, aumentan los riesgos de incendios todo el año, las plantas y cultivos varían sus ciclos de vida, desaparecen glaciares, llegan insectos y especies invasoras. Un reciente estudio, elaborado por expertos de la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), señala que la cuenca del río Ebro podría perder un 20% de su caudal. Estamos charrando de algo muy serio.

Organismos científicos y foros internacionales llevan casi 50 años avisando de este escenario. El Club de Roma ya señalaba Los límites del crecimiento en 1972 y el informe Bruntrland hablaba en 1987 de «desarrollo sostenible» como aquel que es capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras. Tras la Cumbre de Río en 1992, el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático declaraba que «el cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y supone una presión adicional para nuestras sociedades y el medio ambiente. Desde pautas meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, los efectos del cambio climático son de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si no se toman medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso.»

Hoy, en 2018, estamos obligados a recoger el guante, asumir el reto y arremangarnos para trabajar con responsabilidad para hacer del planeta un lugar mejor. Aragón debe responder a la demanda de la Conferencia de París para ser una comunidad activa en la lucha contra el cambio climático y en el desarrollo de la transición energética, para hacer de nuestra tierra un lugar mejor donde vivir, un lugar con presente y con futuro.

El cambio climático es una realidad sobrevenida, uno de los grandes retos del siglo XXI y nos exige una respuesta política a la altura: debemos dejar de comportarnos como si tuviéramos un planeta B al que marchar si destruimos el que habitamos. Dentro de las capacidades y competencias que tenemos en Aragón, queremos hacer nuestra parte.

Este fin de semana celebramos en el Centro Cívico Delicias de Zaragoza el Foro de Cambio Climático y Transición Energética de Aragón, organizado por Podemos Aragón, un espacio de encuentro, diálogo y debate en el que participan más de 30 organizaciones y personas expertas, responsables institucionales, profesionales del sector energético y organizaciones sociales relacionadas con la agricultura, el agua, el empleo, la energía o el medio ambiente. También contamos con representantes públicos que trabajan las alternativas sostenibles desde lo municipal y que exploran la incidencia y oportunidades que se abren en relación a la economía y al empleo, así como con experiencias europeas que nos pueden servir de inspiración y aliento. Este Foro pretende ser la guinda de la Proposición de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que Podemos Aragón presentará en las Cortes de Aragón en próximos días. Una ley que quiere ser el compromiso colectivo para combatir el cambio climático y para construir espacios de vida más sostenibles, más habitables y más modernos.

La lucha contra el cambio climático es un desafío, pero también una oportunidad para adaptarnos a sus efectos, para impulsar un desarrollo económico y social alternativo que genere presente y futuro. Vivimos en un Aragón despoblado, disperso y envejecido que puede ser más sostenible y más habitable. Tenemos buena gente, tierra fértil, agua, viento y sol. Estamos en un lugar perfecto para poner en marcha una transición energética justa, que no deje a nadie atrás, que camine hacia un modelo basado en energías renovables, que puede sentar las bases de un nuevo modelo productivo mediante un tratamiento transversal energía-economía-medio ambiente-bienestar social. Si reaccionamos a tiempo y con eficacia, podemos vivir mejor, con menos dependencia de otros territorios y más oportunidades para la ciudadanía aragonesa.

La presentación de esta ley será para Podemos Aragón el colofón de una intensa legislatura en la que hemos impulsado un sinfín de iniciativas de fomento de las energías limpias y el autoconsumo, la calidad del aire, la reindustrialización de las comarcas mineras, la reversión de las centrales hidroeléctricas, la agroecología y el relevo generacional en el campo, la ganadería extensiva, la gestión forestal sostenible y la educación ambiental.

2019 será un año fundamental en la lucha frente al cambio climático y Podemos Aragón está preparado para liderar un cambio de modelo que cuente con un marco normativo adecuado como el que propone esta innovadora ley, desde una perspectiva transversal en las políticas aragonesas, de la educación hasta la economía, pasando por el sector de la energía. H *Secretario general de Podemos Aragón