Desgraciadamente para mí, soy un pésimo lector de poesía. Tengo amigos poetas y me gusta oírles recitar, pero a solas con lecturas de poemas no siempre caigo en su hechizo.

Uno de los autores que me gratifica con su verso de luz es Rafael Alberti. Por eso abro con fruición las recién rescatadas páginas de Coplas de Juan Panadero (Navona). Un poemario esencial, político, reivindicativo, a base de «rimas pobres», como el propio Alberti bromeaba, y de experiencias tan ricas como dolorosas, pues nos hablan, entre los ecos del dolor y de la nostalgia, de la guerra civil y del exilio.

En este volumen se incluye una serie de desgarrados poemas que Alberti tituló Vida bilingüe de un exiliado español en Francia, donde se recogen estrofas como Aragón/una mina/ una explosión. O esta otra: Mantecón./ Por el alto Aragón/ y por el bajo/ van borrando tu nombre,/ nuestros nombres./ Quiere tomarse Franco ese triste trabajo.

Juan Panadero, trasunto poético del autor, canta a una España perdida desde el exilio en Roma o en París.

En su arquetipo, Alberti intentó encerrar el espíritu de ese español inclasificable, irredento, único, que lo mismo coge el fusil que se extasía contemplando un balcón con rosas y geranios. Que igualmente, entre cantes y disparos, escribe una carta de amor a su novia Lola, Lolita, o desde las trincheras canta a Pasionaria: Su corazón guerrillero/ desde el corazón de España/ te envía Juan Panadero.

La mayoría de los españoles no pudieron leer estos poemas hasta que Rafael Alberti no regresó a España, allá por la Transición, en 1977. Después de casi cuatro décadas de ausencia, el poeta, ya convertido en un mito, volvía al fin, al frente de la generación del 27, con la sombra de Federico García Lorca siempre nublando su nívea frente. Sombra que también oscureció el exilio de Juan Panadero, su insoportable nostalgia del luminoso Cádiz y de aquel Madrid tan vivo de ideas y cafés, y que tiñe sus coplas de un dolor tirante, nunca vencido, del que una y otra vez se recupera con las armas de la música y de la poesía y con el sueño de una reconciliación entre españoles.

Pícaro, héroe, superviviente, amante del amor y de las flores, Juan Panadero... ¿España? Para Alberti, puede...